Ana Paula Tortul, propietaria de Milo Hojaldre Artesanal, celebra un importante logro en su camino como emprendedora. Gracias a un crédito otorgado por la Asociación para el Desarrollo, pudo expandir su negocio y mudarse a un local más amplio en la ciudad de Reconquista.
Dentro de poco atenderán en el local ubicado en calle Habegger, equina 9 de julio.
La historia de este emprendimiento comenzó durante la pandemia, cuando Ana Paula decidió probar una receta de hojaldre artesanal que le enseñó una amiga. «Probé, gustó mucho y la demanda creció rápidamente», comentó. Motivada por el éxito de sus productos, abrió su negocio y hoy ofrece una amplia variedad de delicias, como tortas de distintos tamaños y rellenos, bizcochos, palmeritas, alfajores y medialunas, todas elaboradas con hojaldre artesanal.
Con el crédito recibido, Ana Paula invirtió en muebles, equipamiento de acero inoxidable y otras mejoras necesarias para trasladarse a un espacio más grande que le permitirá seguir creciendo y brindando sus productos a más clientes.
Milo no solo es un ejemplo de cómo convertir una pasión en un negocio exitoso, sino también del impacto positivo de los programas de apoyo al desarrollo de emprendedores locales.