Según el mandatario, se busca que los alumnos no pierdan contenidos por los paros de los gremios, que calificaron la idea como electoralista.
El gobernador Miguel Lifschitz ratificó ayer que el ciclo lectivo de este año terminará el 22 de diciembre para recuperar los días perdidos por paros docentes, pese a la fuerte negativa de los gremios del sector. «La idea es que los alumnos de toda la provincia no pierdan días de clases en demasía. Es un esfuerzo razonable el que pedimos y que no afecta los derechos de los docentes», resaltó el mandatario. Tanto AMSaFe como SADoP plantearon que se trata de una propuesta «electoralista» y que los contenidos se pueden recuperar durante el año.
El jefe de la Casa Gris rechazó además una posible reapertura de la discusión paritaria en lo que resta de 2017 por el impacto inflacionario en el poder adquisitivo.
Las declaraciones de Lifschitz implican un respaldo a la ministra de Educación, Claudia Balagué, quien había dispuesto la extensión del ciclo lectivo hasta tres días antes de Navidad para recuperar los 8 días de paro que hubo este año antes del acuerdo paritario, que cerró en torno al 25 por ciento.
«Tenemos que fortalecer la calidad educativa. Una de las medidas será prolongar el ciclo lectivo para recuperar los días de clases para los chicos. Esa es la prioridad», anunció en pleno conflicto la titular de la cartera educativa.
Esta semana, la Regional VI de Educación insistió con la fecha del 22 de diciembre para el fin de ciclo, mientras que los exámenes en las escuelas secundarias se desarrollarán entre el lunes 26 y el viernes 29 de diciembre.
«Nos pareció beneficioso que los chicos terminen las clases el 22 de diciembre para poder garantizar la trayectoria educativa, que es el eje fundamental de la política de la provincia», resaltó días atrás la delegada local del Ministerio de Educación, Daiana Gallo Ambrosis.
Los gremios docentes rechazaron esta medida. Desde Sadop Rosario, Martín Lucero señaló: «Los docentes trabajan hasta los últimos días de diciembre y empiezan a trabajar en los primeros días de febrero, así que para nosotros no cambia sustancialmente».
Y a través de las redes sociales agregó con ironía: «Hay escuelas que perdieron más días de clases por amenazas de bomba que por paros docentes. ¿El Ministerio va a mandar a los alumnos al aula con temperaturas de más de 35 grados? Que se lo expliquen a los padres».
En la misma línea se pronunció el titular de la departamental local de Amsafé, Gustavo Terés. «La ministra está escogiendo cierto clima de época y adoptando una posición totalmente utilitarista y pragmática en cuanto a lo cuantitativo, que tiene que ver con lo que está sucediendo en las escuelas», disparó.
Para el referente gremial, la ministra «debería ocuparse, con sus equipos del Ministerio, de trabajar con los supervisores para ver cómo viene el desarrollo de los contenidos y el cumplimiento de los objetivos en el ciclo lectivo».
Lejos de dar marcha atrás con lo anunciado en abril, Lifschitz ratificó la postura oficial. «La voluntad de este gobierno fue cumplir con los días de clases establecidos y que íbamos a buscar alternativas para cumplirlos. Es un pequeño esfuerzo compartido», dijo por La Ocho.
«La idea — siguió — es que podamos compartir el trabajo que hemos realizado desde el gobierno y los docentes para que los alumnos de toda la provincias no pierdan días de clases en demasía. Es un esfuerzo que pedimos, razonable, y que no afecta los derechos de los docentes».
Sobre el pedido de reapertura de discusión salarial con los docentes como pidieron los gremios, el gobernador lo rechazó de plano. «Es un tema que ya está cerrado y acordado para este año, con una cláusula gatillo que operará de manera automática en el momento en que la inflación supere la pauta salarial», recordó.
«Pero por ahora — advirtió — estamos lejos de esa situación. Acordamos una pauta del 25 por ciento y la inflación está en 18,7 por ciento. Estamos lejos de superar el piso que hemos establecido».