Dos personas de Reconquista fueron interceptadas por personal de Prefectura momentos en que llevaban carpinchos faneados. El Prefecto Sergio Sánchez indicó además, que la lancha no estaba matriculada.
El titular de la Prefectura informó que en el amanecer del jueves 22 de junio, dos jóvenes llevaban en su embarcación cuatro carpinchos de manera ilegal y fueron abordados por el Ayudante de Segunda Eduardo Ríquel y el Cabo Primero Héctor Mendoza.
Ante este hecho, pidieron la colaboración de La Guardia Rural Los Pumas que secuestró lo hallado y el caso quedó en manos de la justicia. El Prefecto Sergio Sánchez indicó además, que la lancha no estaba matriculada.
A causa de la creciente, los carpinchos se volvieron presa fácil en la Reserva provincial «Campo Salas» y fue allí donde fueron cazados. En ocasiones, los animales mueren también a causa de heridas provocadas por el hombre, lo cual fue advertido por los propios pobladores de la isla.
La Reserva Campo Salas
El área protegida fue creada mediante la resolución provincial 129 del año 1996, que formalizaba el acuerdo existente entre los propietarios de y la Subsecretaría de Medio Ambiente de la provincia de Santa Fe.
La reserva es contigua a la Reserva provincial Virá-Pitá y se extiende en el sector centro y sur de la isla San Jerónimo, ubicada al oeste del río Paraná, en cercanías del puerto Reconquista. Las 9897 hectáreas de su superficie están incluidas dentro de Jaaukanigás, la gran extensión de casi 500 000 hectáreas del sitio RAMSAR santafesino.
El objetivo específico de su creación fue definir un área para la protección del mono carayá o aullador (Alouatta caraya) y el yacaré negro (Cayman yacare).
Hacia principios del 2016, pasadas dos décadas de su creación, no se habían llevado a cabo aún las acciones correspondientes a la administración real del ecosistema, no se había construido infraestructura adecuada ni se habían establecido medidas de supervisión y control.
El objetivo general de creación contempla el «uso sostenible de los recursos del ecosistema», lo que requiere que se realicen relevamientos para establecer las líneas de base para el desarrollo de cualquier potencial actividad. Estas acciones no se han realizado y según informa la autoridad provincial medioambiental, no se dispone de información sobre el área protegida.
Simultáneamente, se informa que unas 500 hectáreas en el sector norte de la reserva serían «zona intangible», lo que, por definición, implica un grado mínimo de actividades humanas con el correspondiente grado máximo de control.