Proliferan en épocas de mucho calor poniendo en riesgo fundamentalmente a los niños. Aconsejan pedir ayuda para capturarlos vivos y hacer sueros antialacránicos.
El Ministerio de Salud, a través de la dirección de Epidemiología, brindó recomendaciones frente a la aparición de alacranes, los que se encuentran durante todo el año pero que registran un aumento en su población en esta época del año, sobre todo en noches de mucho calor.
La directora del área, Carolina Cudós, señaló al respecto que “el peligro de los alacranes proviene del veneno que deja en la persona que toma contacto accidentalmente con uno de ellos (cuando la pican), ya que, los casos más extremos, puede ser de suma gravedad o incluso ocasionar la muerte”.
Por otra parte, recordó que en esos casos graves se asiste a las personas con sueros antiescorpiónicos o antialacránicos, que se realizan a partir del veneno de estos arácnidos cuando todavía están vivos, son atrapados para esos fines, y enviados al instituto Malbrán en Buenos Aires en donde estos antídotos se elaboran.
“Es por ello que damos dos recomendaciones fundamentales, además de las medidas de prevención para evitar picaduras: que quienes observen que en sus hogares u otros espacios hay una población numerosa de alacranes, se comuniquen inmediatamente con programa de Control de Zoonosis y Vectores, que tiene los elementos y conocimientos para atraparlos vivos y remitirlos al Instituto Malbrán de Nación.
Segundo, que aquellas personas que tradicionalmente nos traen al alacranario del Programa de Zoonosis y Vectores ejemplares vivos, lo sigan haciendo, ya que son recibidos para el envio. Pero no recomendamos que otras personas lo hagan sin tener la experiencia necesaria ni consultar, porque puede ser peligroso”, enfatizó Cudós.
RECOMENDACIONES GENERALES
La directora de Epidemiología explicó que las medidas de prevención básicas para evitar picaduras incluyen:
Mantener el hogar y alrededores libres de escombros, ladrillos, tejas, leña, maderas.
Tapar las grietas u orificios de los revoques de las paredes, sobre todo si estas son de ladrillo hueco, y sellar las cámaras de las cloacas.
Colocar malla metálica en las rejillas de las casas.
Siempre revisar la cama antes de acostarse, sacudir las sabanas, principalmente las de niños menores de 12 años.
No dejar ropa en el suelo y, si ello sucede, sacudirla y revisarla siempre antes de utilizarla.
Revisar además los zapatos, sobre todo los de los niños, antes de colocárselos.
Alejar las camas, cunas y sillones de las paredes porque los alacranes trepan.
Las cunas de los niños pequeños pueden, además, resguardarse colocando un frasco de vidrio en cada pata, porque los alacranes resbalan en el vidrio y eso impide que trepen.
Los insecticidas en general no son efectivos por lo que se desaconseja su uso.
En caso de picadura consultar inmediatamente al centro de salud más cercano, fundamentalmente cuando se trata de un niño o niña, que son más vulnerables al veneno. Mientras tanto, puede aplicarse hielo de manera local, en la picadura, antes de recibir asistencia médica.
Controlar la presencia de otros insectos como las cucarachas, ya que son su fuente principal de alimentación.
Mantener lo más ordenado y limpio el hogar, patios y zonas exteriores.
CÓMO SON Y EN DÓNDE PUEDEN ENCONTRARSE
Carolina Cudós precisó cómo reconocer a un alacrán, y explicó que “el Tityus Trivittatus es la especie que con más frecuencia se encuentra en la región, y la más peligrosa”.
“Presenta una cola con aguijón y púa, pinzas alargadas y el dorso con tres rayas longitudinales oscuras. La longitud total en un ejemplar adulto de alacrán es entre 40 y 65 mm., generalmente de color amarillento o amarillo rojizo, con tres bandas oscuras longitudinales en su dorso. Los ejemplares más jóvenes son de coloración más clara. Tienen cuatro pares de patas, un par de pinzas, y un par de quelíceros (apéndice prensor)”, describió la directora de Epidemiología,
También, advirtió que “es un animal de hábitos nocturnos, permaneciendo oculto durante el día en el suelo o entre las cortezas de los árboles. Es frecuente encontrarlos en lugares habitados por el hombre en sitios con maderas caídas, escombros, tejas, ladrillos en el ámbito peri domiciliario; pero además dentro de las casas en grietas de paredes, pisos, zócalos, huecos de revestimiento de maderas, en desagües que conectan con cloacas, habitaciones y depósitos sin aireación, detrás de cuadros, bajo los muebles o entre la ropas y los zapatos”.
SÍNTOMAS DE UNA PICADURA Y MEDIDAS INMEDIATAS
Cudós explicó que “el ataque de un alacrán se manifiesta con dolor en el sitio de la picadura, que en general es intenso (en los niños provoca llanto) y una variedad de signos y síntomas locales y generales que se expresan con diferentes grados de severidad, entre ellos: palidez, náuseas, vómitos, salivación excesiva, ‘piel de gallina’, y palpitaciones”.
Por lo general, el accidente sucede de noche y la población más afectada son los niños pequeños.
“Como se señaló, en caso de picadura se recomienda concurrir rápidamente al centro de salud más cercano para su atención y tratamiento. Como produce dolor intenso, se puede colocar hielo o frio en el sitio afectado para aliviar las molestias mientras se transporta a la persona”, aconsejó Carolina Cudós.
Y concluyó: “Si en la consulta hay síntomas de gravedad el paciente recibirá suero antiescorpiónico para neutralizar la toxina.Es fundamental la rapidez de la consulta y el traslado para que el paciente sea atendido y evaluado a la brevedad”.
CONTACTO PARA CAPTURARLOS
El programa de control de Zoonosis y Vectores de la provincia de Santa Fe tiene domicilio en Bv. Gálvez 1563, 1° piso, de Santa Fe Capital.
Los teléfonos, tanto del programa como de la dirección de Epidemiología, son: 0342 4574804/58/14/15. Y 0342 4573795.