Benito y Estela salieron a pescar en diciembre de 2017 y no se supo más nada de ellos. Un baqueano y vecino de la zona se encuentra en prisión, imputado de homicidio.

 

La justicia santafesina se encuentra ante un caso inédito en la provincia: llevar a juicio oral y público a un hombre, Daniel Vasilovsky, imputado por un doble homicidio, sin que se hayan encontrado los cuerpos de las víctimas. Se sospecha que Vasilovsky mató a Estela Ríos y Benito Sosa y se deshizo de sus cuerpos, la mañana del 19 de diciembre de 2017 en la zona de islas de Arroyo Leyes.

¿Qué pasó con Benito y Estela?

Benito Sosa tenía 65 años, su pareja, Estela Ríos, 52. Vivían en una zona tranquila, de fácil acceso al río, con casas de fin de semana, alejados del ruido de la ciudad. A pesar de las complicaciones en la salud de ambos (él, insulino-dependiente, ella, con visión disminuida), era habitual que agarraran las cañas, se subieran a la lancha y salieran de pesca.

En octubre de 2017 el matrimonio había recibido la visita de un sobrino que tenía a su padre internado y como no residían en Santa Fe, se alojó con sus tíos. El 19 de diciembre a la mañana temprano el muchacho se fue al hospital, y Benito y Estela salieron de pesca. El sobrino sabía que sus tíos se quedaban durante la mañana pescando en algún brazo del río y volvían al mediodía. Cerca de las 11 los llamó por teléfono, y la comunicación derivó directamente al buzón de voz. El celular estaba apagado.

Con el correr de las horas era claro que algo les había pasado, y los allegados a Benito y Estela no demoraron en hacer la denuncia de desaparición. Se activaron los protocolos de búsqueda de las fuerzas policiales, con colaboración de los vecinos. Al día siguiente, encontraron la lancha de Benito y Estela. Estaba semi hundida porque le habían retirado el tapón. En esa zona también se encontró el motor de la lancha y una caja con los elementos de pesca, escondidos en la maleza.

Todo esto estaba a metros de una vivienda, donde residía un baqueano de la zona, Daniel Vasilovsky. Dentro de la casa se encontraron dos cañas de pescar y una manguera de combustible, que fueron reconocidos por la familia del matrimonio desaparecido.

Pero lo que más alertó a los investigadores era una mancha de sangre que había en el piso. El dueño de casa refirió que era de un perro que se había lastimado. Luego, el hombre se retiró del lugar y lo encontraron en un colectivo cerca de Reconquista.

El 22 de diciembre de 2019, Vasilovsky fue imputado por los fiscales en turno como autor de los delitos de robo, abandono de persona y tenencia ilegítima de arma de fuego de uso civil. En esa misma audiencia recuperó la libertad con una serie de medidas. Pero en marzo de 2018 volvió a ser detenido y esta vez el fiscal de Investigación y Juicio, Omar De Pedro le atribuyó el delito de homicidio, y la jueza Sandra Valenti impuso la prisión preventiva.

¿Qué cambió?

Cuando los fiscales del turno remitieron la causa para continuar con la investigación a una de las Unidades de Investigación y Juicio se pudieron implementar una serie de medidas que permitieron reconstruir qué pasó ese 19 de diciembre.

El registro de llamadas telefónicas dio cuenta que a las 8:20 de ese día, el celular de Benito entabló contacto durante un minuto y medio con el celular de Daniel Vasilovsky. Luego, el celular de Estela se activó cerca del camping de Arroyo Leyes, una hora después. Al trabajo de los buzos de Prefectura, el fiscal solicitó el apoyo de grupos de rescatistas voluntarios, especializados de búsqueda con perros.

Las brigadas llegaron en febrero de 2019, desde Córdoba y desde Chile, y trajeron tanto perros de rastros y perros de cadáveres. La convocatoria fue para intentar determinar el recorrido que hicieron Estela y Benito, desde que salieron de su casa esa mañana, hasta su desaparición. En una entrevista brindada a Aire de Santa Fe, uno de los rescatistas explicó que “apenas llegamos buscamos las improntas de olor y pusimos a trabajar a los perros de rastros.

El perro nos llevó desde la puerta principal del domicilio hasta el bote que ellos tenían, y luego hacia la costa. En la costa subimos a una lancha y fuimos hasta el rancho del supuesto involucrado en el caso. Nuestro perro bajó en lugar, siguió buscando. Después llegó a la esquina del rancho y luego a unos matorrales y luego al agua”, relató. Además, tanto los canes de rastros como los canes de cadáveres culminaban su recorrido en el mismo punto.

Daniel Vasilovsky tuvo contacto con ellos esa mañana. La lancha y los elementos de Estela y Benito fueron encontrados en inmediaciones a su vivienda este punto de la causa, el fiscal De Pedro solicitó la detención de Vasilovsky, que se concretó en el mes de marzo.

El fiscal le atribuyó la autoría del homicidio, que por supuesto fue cuestionada por la defensa. Sin embargo la jueza Sandra Valenti avaló la explicación brindada por el fiscal y dio por acreditada la probable autoría del baqueano en el crimen. Con esta atribución confirmada, la causa pasó a la Unidad Especial de Homicidios, y quedó a cargo el fiscal Andrés Marchi, quien continuó con la investigación.

La Cámara de Apelaciones confirmó la prisión preventiva a Vasilovsky y la imputación de homicidio, al igual que el juez Leandro Lazzarini, quien en noviembre de 2019 mantuvo la medida cautelar.

Camino al juicio

Llegado a este punto, la causa se encamina a ser definida en juicio oral y público. Vasilovsky nunca declaró, en ninguna de las audiencias hizo uso de la palabra y los esfuerzos de los defensores se centraron en cuestionar la atribución de un delito de homicidio cuando no se encontraron los cuerpos de las víctimas.

“Se podrían haber ido por su voluntad, o podrían haber tenido un inconveniente con la embarcación”, se escuchó decir en una de las tantas audiencias. El fiscal Omar De Pedro confirmó por Será Justicia que se realizó un pedido al fiscal regional Carlos Arietti para volver a tomar parte en la causa y preparar el juicio junto al fiscal Marchi, dado a lo complejo del caso.

En la entrevista, De Pedro repasó la causa e insistió en que no se puede premiar con impunidad a aquellas personas que, tras cometer un crimen logran deshacerse del cuerpo de su víctima exitosamente.

 

Fuente – Aire de Santa Fe

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