El Cabo Primero de la Fuerza Aérea Argentina, Gian Marco Tufano, de 28 años, oriundo de Avellaneda, se encuentra cumpliendo una misión a 5.563 kilómetros de su ciudad natal.

Este joven da apoyo a la ciencia mediante sus tareas de logística y mantenimiento de la Base Belgrano II. Esta última, se fundó en 1979 con la finalidad de continuar las investigaciones científicas que se venían desarrollando. Hereda su nombre de la antigua Base Belgrano, que se erigió en 1955 y fue desactivada en 1980 porque estaba por desprenderse la parte de la barrera de los hielos Filchner, en donde se ubicaba.

Constituye la base permanente más austral de la República Argentina; desde allí, partieron las dos expediciones que lograron llegar al Polo Sur marcando hitos en la historia del continente blanco.

La particular característica del lugar donde se encuentra Gian Marco, es que esta a 1300 km del Polo Sur y tiene cuatro meses de noche polar y cuatro meses de día. Desde allí, durante la noche, se observan abundantes «auroras polares».

En comunicación con Radio Amanecer, el cabo Tufano comentó con mucha alegría, orgullo, lo que realiza a diario y cómo viven con temperaturas extremas, bajo cero: “Actualmente somos 23 habitantes, 14 del ejército, 5 de Fuerza Aérea, 1 de la Armada y 3 de la dirección nacional del Antártico. Está empezando a estar más cálido, hemos pasado el gran frio, pero ya estamos acostumbrados y nos mantenemos todo el tiempo ocupados”.

Lleva 8 meses viviendo en la base Belgrano II a la cuál tardó más de 20 días en llegar. Fue el 6 de febrero de 2023 que lo encontró en ese lugar increíble, mágico y blanco como él lo llama.

Allí cuentan con el Laboratorio Belgrano (LABEL) del Instituto Antártico Argentino y una estación meteorológica, donde desarrollan estudios de: la capa de ozono, anhídrido carbónico y rayos ultravioletas, en convenio con Italia; auroras polares, también en convenio con Italia; análisis de las variaciones del campo magnético; estudios del comportamiento de la ionosfera, ruidos cósmicos y silbidos atmosféricos. Su tarea es la logística y el mantenimiento de la base.

El tiempo más duro que le toco pasar fue el invierno, cuando tienen 4 meses en que todos los días son de noche. Para esto, se entrenó y preparó, además, meses antes de la llegada de los “días de noche”, abastecieron la base con bloques de hielo para luego picarlos y convertirlos en agua.

Entre los entrenamientos para vivir en la Base, se encuentran tanto los físicos como los mentales. Tienen que pasar varios Test Psicológicos para ser elegidos para este tipo de misión. A su vez, aprenden a manejar motos de nieve y a escalar, rescatar en montañas, por las grandes grietas que se encuentran en el terreno, al cual deben conocer y reconocer varias meses en el mes.

El lugar está equipado con un gimnasio, para Gian Marco Tufano, ese es su cable a tierra. Sus días se dividen en doble horario de trabajo y por la noche en los entrenamientos en el gimnasio.

Confiesa que se amoldo y se acostumbró muy bien a vivir de esa manera. Agrega que lo puede hacer gracias al apoyo de su familia, amigos, con quienes tiene contacto por videollamada, cada vez que el clima lo permite.

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