La Familia Ibarrola Celebra la Tradición de San Baltasar en el Barrio Nuevo de Reconquista
En el Barrio Nuevo de Reconquista, la familia Ibarrola mantiene viva una tradición que ya supera los 150 años: la celebración en honor a San Baltasar, «uno de los Reyes Magos».
La capilla dedicada a este santo se encuentra en la calle 39 al 4700, en un altar exclusivo que la familia ha cuidado por generaciones. Cada año, desde el 1 hasta el 9 de enero, abren las puertas de su hogar y de la capilla para rendir homenaje a San Baltasar, un ritual que ha sido transmitido de generación en generación.
«Este legado familiar viene de mi tátara abuela, luego lo continuaron mis padres, y tras su fallecimiento, nos pusimos de acuerdo entre los hermanos para seguir con la tradición», comenta uno de los miembros de la familia Ibarrola. La estatua de San Baltasar, que llegó de la Isla y proviene de Corrientes, es considerada por ellos un valioso tesoro, y este año, como todos los anteriores, se mantiene viva la tradición en el barrio.
Este 6 de enero, en el marco de la festividad de los Reyes Magos, la celebración tiene un toque especial. Desde las 20 hasta las 00 horas, la familia organiza un show con música, incluyendo chamamé, para honrar a este santo venerado en la región del Litoral argentino, especialmente en Corrientes, Entre Ríos, Chaco y Formosa.
San Baltasar, también conocido como Santo Cambá, es una figura central en el culto popular, que se mantiene especialmente en la región del Litoral, y está vinculado a las raíces afromestizas. Aunque no está canonizado por la Iglesia Católica, su culto se celebra de manera paralitúrgica, manteniendo vivas las prácticas musicales y religiosas, como el chamamé, los candombe y las charandas, que tienen un fuerte componente afroargentino.
Entre las composiciones más destacadas se encuentran los chamamés «Cambá Cuá» y «Cambá Jeroký», que Osvaldo Sosa Cordero dedicó a la festividad. Además, se resalta el legado de Zitto Segovia con su «Charanda Negra» y «Charanda de la Libertad», que continúan siendo un homenaje sonoro al santo y a la cultura de la región.
La familia Ibarrola sigue con dedicación y esfuerzo esta tradición, un símbolo de la identidad y el espíritu comunitario del Barrio Nuevo, y una clara muestra de cómo las costumbres y creencias se transmiten de generación en generación, manteniendo vivo el legado cultural de la región.