Valeria y Claudia, vecinas de Barrio Obligado, compartieron detalles sobre un proyecto que fortalece la producción local y la autosuficiencia alimentaria: una huerta comunitaria con entrega de semillas.

El proyecto comenzó hace dos años con la preparación de la tierra y la mejora de especies y variedades de verduras y hortalizas. Gracias al esfuerzo colectivo de muchas familias del barrio, han logrado avances significativos en el cultivo y conservación de semillas.

«El objetivo es crear un banco de semillas vecinal, para que los vecinos puedan llevarlas y hacer sus propias huertas en los patios de sus casas», explicó Claudia.

Entre las variedades cultivadas se encuentran perejil, melones, lechuga, achicoria y rúcula. «Hemos logrado conservar cinco variedades de lechuga, que estarán listas para plantar», añadió.

Durante la temporada primavera-verano, entregan bolsitas con ocho variedades de semillas a las familias que se anotaron previamente. Los interesados ahora pueden pasar a retirarlas.

Valeria destacó el compromiso que implica este trabajo: «Es un esfuerzo que no conoce feriados. Hay que cuidar las semillas y las plantas, ya sea con lluvia, sequía o calor. Lo hacemos para mantener vivo el legado del INTA, que antes brindaba las semillas».

El proyecto no solo fomenta la soberanía alimentaria, sino también el fortalecimiento del tejido comunitario en el barrio, donde el trabajo en equipo ha sido clave para su éxito.