En la intersección de las calles Lucas Funes y Mendoza, en el barrio Unidos de la ciudad de Reconquista, los vecinos se enfrentan a una grave problemática.
Un terreno baldío, que en su momento estuvo cubierto de pastizales y basura, ahora es el epicentro de desechos patológicos, jeringas usadas y animales muertos, representando un peligro significativo para la comunidad, especialmente para los niños.
Una vecina del barrio levantó la voz y denunció la situación, contando que desde mayo han presentado notas en el Concejo, en el municipio y en Obras Públicas, pero sin respuesta efectiva.
«Venimos con el reclamo desde el mes de mayo, todavía no se acercó servicios públicos a ver el lugar y a limpiar», afirmó.
No obstante, tras la cobertura mediática, la Licenciada Contemponi del área de Ambiente del municipio visitó el lugar y señaló que la basura provenía de alguna veterinaria. Posteriormente, en la tarde, apareció una pala mecánica para recoger parte de la basura.
El terreno, que alguna vez fue una plazoleta pública y pertenece al municipio, se ha convertido en un foco de infección y peligro, según indicó la Vecina.
La basura acumulada atrae a cartoneros y otras personas que revuelven entre los desechos, incluso durante la noche, usando la luz de sus celulares.
«Es como un laberinto este lugar, hay ramas, zanjas, plásticos, vidrios, tiran todo. Los chicos vienen a jugar a este lugar, es un peligro», agregó la vecina.
Los vecinos exigen que el municipio cumpla con su deber de mantener limpio el terreno y evitar la contaminación.
«Pagamos los impuestos y no los vemos reflejados. Tenemos miedo a la noche, hay mucho movimiento entre esta basura y montículos de tierra», concluyó la vecina, expresando el sentimiento de frustración y preocupación de la comunidad.