El principal apuntado es un productor agropecuario que vivía en Videla, en el departamento San Justo. El mismo está acusado de proveer estupefacientes a «kioscos» de San Javier, Vera, Gobernador Crespo y Santo Tomé. La causa fue remitida al TOF de Santa Fe.

Desbarate

La pesquisa se inició en 2014 y a raíz de un vendedor «delivery» se destapó todo.

—Escama tengo a 11.

—Bueno, ¿para cuándo vas a tener?

Le dice un narcoproveedor a un vendedor barrial de drogas. Al día siguiente se retoma el contacto.

—No le gano bien. Haceme precio por lo otro, a 11 es mucho.

—Es un precio bárbaro amigo y la semana que viene va a aumentar.

—Nah… sé que a tu amigo le das mucho menos que eso, no importa, está todo bien.

—Antes del finde me traen, veo el precio y te aviso puto.

Así concluye una grabación entre dos narcos que buscaban llegar a un buen arreglo por drogas. Uno es de Santo Tomé, el otro de la localidad de Videla, en el departamento San Justo, a 80 kilómetros de la capital provincial. Los dos fueron procesados por la Justicia federal de Reconquista tras haber formado parte de una amplia red de acopio, distribución y venta de estupefacientes en el centro-norte de la provincia y que tuvo a otras diez personas acusadas de formar parte en 2014.

Todos –a excepción de uno– se encuentran privados de su liberad por orden del juez federal de instrucción de Reconquista, Aldo Alurralde, quien, en la semana que pasó, informó que la causa fue elevada al Tribunal Oral Federal de Santa Fe, para que se realice su posterior juicio oral en los estrados santafesinos y así varios narcos pasen por el banquillo de los acusados.

Un delivery que se destapó

El punto de partida del procedimiento surgió el 20 de agosto del 2014 cuando la Brigada Operativa Departamental de Vera –y la Fiscalía Federal de Reconquista– comenzaron a investigar a un muchacho por la presunta venta de estupefacientes en aquella localidad. El mismo fue identificado como Miguel Ángel F., alias «Loco», el cual operaba como «delivery» de drogas. Su teléfono fue intervenido y por ello se reveló que el mismo mantenía contacto con Pablo Daniel R., alias «Negro», quien también vendía drogas en un domicilio de la misma ciudad de Vera.

Luego de un cruce de llamadas, se determinó que el «Negro» mantenía contactos con quien sería el actor principal de la trama narco: Duilio Ubaldo R., de 46 años. Un productor agropecuario nacido en la capital provincial y domiciliado en la ciudad de Videla. El mismo fue el centro de la investigación, ya que fue sindicado como el principal proveedor de varias localidades. Movilizado en un automóvil marca Toyota Corolla, color gris plata, el hombre, apasionado por las carreras de caballos según indicaron fuentes judiciales, comerciaba estupefacientes en San Javier, San Justo, Crespo, Vera y Santo Tomé.

Tras aparecer el nombre de Duilio Ubaldo R., la pesquisa logró dar con una serie de narcos de distintas localidades. Los primeros fueron tres de la ciudad de Vera: Pablo Daniel R. (30), Miguel Ángel F. (37) y Osmar F. (30). El avance continuó con Mauro Salvador M., alias «Nego», un changarín de 24 años que vio como «salida laboral» el negocio de las drogas en la ciudad de Gobernador Crespo.

La venta e intercambio no culminaban allí, sino que se extendía por la zona costera de la provincia ya que los contactos de Duilio Ubaldo R. llegaban hasta San Javier, donde le vendía a Ángel Celino M. (48), conocido en la localidad como «Cantu». El mismo había montado un kiosco de drogas en la localidad y además ofrecía el servicio de «delivery», tan solo con un previo llamado telefónico. Quien también era provisto de marihuana y cocaína era el «Suru», un sujeto de 32 años identificado como Julio G., el cual vendía desde una vivienda ubicada en un pasillo del barrio El Once, también de la ciudad costera.

De la investigación se desprende además que Duilio Ubaldo R. había intentado coimear a un jefe de la DGPyCA de San Javier pero eso nunca pudo lograrlo. No sucedió lo mismo en una dependencia policial de Videla, ya que según consta en la pesquisa judicial, el principal proveedor tenía vínculos con un jefe policial que le permitía hacer su negocio con total libertad a cambio de una buena cantidad de dinero.

En tanto, también recibían «merca» dos hombres de San Justo, conocidos en el lugar como «El Japo», Osvaldo Alberto R. y otro apodado «Palomo», Jonathan C. Los mismos solo «operaban» con clientes selectos.

La pata santafesina

Con el paso del tiempo y tras la intervención telefónica de las dos líneas de Duilio Ubaldo R. surgió el cruce de mensajes con un tal «Tucu», quien con el correr de la investigación se determinó que se trataba de Héctor M., de 45 años, quien residía en Santo Tomé, el mismo también quedó procesado en la causa luego de haber sido arrestado en un allanamiento. Por su parte, los investigadores lograron dar con quienes habrían sido los principales proveedores –a grandes escalas– de Duilio R. Se trata de un hombre y su hijo que residían en aquel entonces en el barrio El Abasto, también en La Tablada y que tenían un nivel alto de vida que no condecía con sus actividades lícitas. Los dos fueron indagados días después, pero quedaron en libertad. Aunque la sospecha por su rol activo en el negocio de las drogas en el noreste de la ciudad siguió estando vigente en los investigadores.

Punto final

El desbarate terminó el 20 de febrero el 2015 cuando después de 25 allanamientos efectuados en simultáneo, se logró detener a los principales protagonistas.

Seguidamente, los detenidos quedaron a disposición de la Justicia federal de Reconquista. Luego fueron indagados y el 20 de mayo de ese mismo año fueron procesados por el juez Alurralde por el delito de «tenencia de estupefacientes con fines de comercialización». Dos años después, llegarán a los estrados judiciales del TOF santafesino el cual deberá determinar qué pena le compete a cada uno.

 

Fuente – Diario UNO Santa Fe

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