El origen de las Damas Voluntarias del Hospital Central de Reconquista se remonta al año 1979. El día 14 de mayo de ese año comienzan su labor por la iniciativa de la Sra Mireya
Capozzolo de Sellarés, quien invitó a sus amigas Yoli Nardelli de Pietropaolo, Gloria Fortunacio de Cisera y Marta Torossi de Yentel a colaborar con ella, acompañadas y asesoradas por el Dr Restanio, Médico Pediatra.

Mireya había sentido la calidez y contención de las Damas Rosadas cuando por razones de salud de un familiar debieron recurrir a un centro médico de otro país. Allí se encendió en ella la luz de lo que podía ser útil en el hospital de nuestra ciudad.

“Desde entonces, somos una organización de voluntarias y voluntarios comprometidos en el acompañamiento a la comunidad hospitalaria para facilitar y aliviar la estadía del enfermo en
el hospital. A veces representamos al familiar ausente, brindando la contención que necesitan.

El ámbito de nuestra actividad es el hospital, del cual somos parte, y complementamos el trabajo del personal hospitalario, pero no lo suplantamos ni interferimos.

A nivel mundial, el primer sábado de octubre de cada año se celebra el Día del Voluntario Hospitalario, en el día de San Francisco de Asís, su patrono.

El color rosa de los guardapolvos se remonta a la Primera Guerra Mundial.

La historia cuenta que las voluntarias que curaban a los heridos usaban delantales blancos; estos habitualmente se manchaban con sangre y al lavarlos tomaban un color rosa.

Así nació la ‘voluntaria de color rosa’ y en homenaje a ellas y su noble labor la organización adoptó el color para ser identificadas dentro de los centros de salud.

Aprovechamos la fecha para agradecer a todos y cada uno de los que diariamente, y de diferente manera, colaboran con nosotros.

Sin ellos, nuestra labor no sería posible.

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