Compartimos integramente su discurso:

«Señores concejales, autoridades presentes, medios de comunicación, comunidad ocampense.

Por decimosexta vez, última del cuarto período en el que me toca conducir la administración municipal de la ciudad de Villa Ocampo, vengo a este recinto a informar sobre su situación y permitiéndome hacer un racconto de lo transcurrido en estos años.

Es importante recordar que allá por el 2007 asumimos la conducción municipal en un estado de deterioro económico, social y moral nunca visto en nuestra historia, en donde la principal institución local había perdido toda credibilidad. El personal se encontraba prácticamente de paro permanente; el endeudamiento superaba el presupuesto de un año; la obra pública estaba paralizada y la que estaba en marcha era porque nuestra cooperativa de servicios había asumido la responsabilidad de realizar la obra de cloacas ante el reclamo de la comunidad; el parque automotor se encontraba tan deteriorado que no había vehículos ni siquiera para realizar la recolección de basura, la que se hacía con la contratación de terceros, a los que se le debía varios meses de actividad; el crédito de proveedores estaba cortado.

Como consecuencia de esta situación, gran parte de la comunidad ocampense había adoptado la conducta de no abonar sus tasas y derechos municipales, porque no se conocía el destino de los recursos ni recibía respuestas a sus necesidades. Además, el municipio carecía de la elemental capacidad de gestión de cobro, al contar con una administración obsoleta, con personal sin incentivo ni recursos para llevar adelante la tarea que debía cumplir.

Ante esta situación la comunidad reaccionó tratando de poner fin a esto que estaba ocurriendo buscando un cambio, mas por el hartazgo que por la confianza que generábamos quienes proponíamos avanzar en otro sentido con el fin de superar esa etapa triste de nuestra historia.

Con ese panorama, asumimos el desafío, sabiendo de que nada sería fácil, porque ya no había más tiempo para dilaciones, en forma urgente había que vencer la desazón de ver la ciudad cada vez más atrasada. Debíamos vencer el ostracismo al que nos habían llevado.

Nos planteamos la necesidad de ir paso por paso cambiando esta realidad, convenciendo a la comunidad que no había que resignarse a que las cosas no se podían hacer. Teníamos la obligación de generar hechos, recuperar la mística progresista que caracterizó a los ocampenses en otras épocas, la fuerza interior y el empuje, aquellas virtudes que nos llevó a tener entidades intermedias exitosas mientras que la principal institución de la ciudad estaba en absoluta decadencia.

El objetivo más importante fue recuperar la confianza de los vecinos, y volver a poner a la Municipalidad de Villa Ocampo en el centro de la escena. En síntesis, nos planteamos la obligación de que la palabra “Municipalidad” vuelva a tener el respeto de todos sus habitantes.

De igual manera tuvimos que trabajar con enorme dedicación y esfuerzo para recuperar las relaciones con los distintos estamentos de los Gobiernos Superiores a los que se les adeudaban rendiciones de todo tipo. En ese período inicial contamos con el reconocimiento de las autoridades de entonces; quienes, conocedores de lo que había sucedido en Villa Ocampo, nos permitieron regularizar la situacion y volver a ponernos en el radar provincial y nacional para la presentación de proyectos que teníamos vedado.

Con pocas pero efectivas acciones, como la de regularizar la prestación de los servicios básicos, la comunidad comenzó a reaccionar y apoyar la gestión a través del pago de los tributos y contribuyendo con la recuperación sostenida de la obra pública, como puntal para el desarrollo integral.

En el 2008 se produjo el conflicto entre el Gobierno Nacional y el sector de la producción primaria, que se trasladó a la órbita de la política con consecuencias muy nefastas para nuestra comunidad. Basta recordar el impedimento realizado por el Gobierno Nacional de entonces a la mega obra del acueducto para riego de la cuenca cañera, infraestructura fundamental para mejorar la rentabilidad de la actividad agrícola de toda nuestra región; y que, sin dudas, hubiese salvado a la histórica Cuenca Cañera Santafesina.

Cabe recordar que el proyecto técnico desarrollado por la Municipalidad de Villa Ocampo y el Gobierno Provincial ya había sido aprobado por el CFI y sólo quedaba la autorización del Gobierno Nacional para acceder a la financiación internacional, la que fue denegada a pesar de tener la garantía de la provincia.

Y no fue la única obra bloqueada, quizás sí la más emblemática porque llevó con el correr del tiempo, junto a políticas de desamparo de la economía regional cañera, a la destrucción total de esta actividad en el norte santafesino y en otras zonas del país. Es importante que recordemos también el impedimento a la realización de la obra de travesía urbana sobre la Ruta Nacional 11, que ya había sido aprobada, que luego fue bajada del presupuesto nacional, situación que hasta el día de hoy se mantiene.

En ese escenario comenzamos a trabajar en la recuperación y el sostenimiento de la obra pública como elemento dinamizador de la economía local, generadora de puestos de trabajo, que aporta al desarrollo, la estética y la seguridad urbana. Rompiendo con una metodología que ya no funcionaba, desde que asumimos planteamos a los frentistas que a la obra pública primero la íbamos a hacer y después se la cobraríamos como contribución de mejoras, recuperando con ello la confianza del contribuyente y la seriedad en la administración de la cosa pública.

Fue tan alto el impacto de esta política de Estado que, casi inmediatamente, tres grandes empresas ligadas a la construcción y a la producción de hormigón se instalaron en la localidad y hasta el presente no paran de crecer, generando valor agregado a partir de nuevos productos, que le dieron un renovado impulso no sólo a la obra pública sino también a los emprendimientos privados de Villa Ocampo y de toda la región, mejorando los costos y la eficiencia de las construcciones.

Con responsabilidad y asumiendo el rol que le cabe a Villa Ocampo en el marco de la micro región, gestionamos la realización de importantes obras cuyos beneficios se proyectan más allá de nuestra ciudad. Gestiones de estas dimensiones y características llevan tiempo, dedicación y esfuerzo, pero sobre todo vocación para trabajar sin mezquindades y priorizando el resultado final, como por ejemplo la realización del proyecto ejecutivo del Puente sobre el Paraná Mini financiado con recursos propios del Municipio, obra paralizada durante 3 años por este gobierno provincial y luego continuada con mejoras al proyecto original, y el proyecto de reforma del Hospital de Villa Ocampo cuya puesta en marcha también fue demorada durante tres años y recientemente se licitó para su realización. Debo recordar también que tenemos el proyecto ejecutivo para la realización de la obra de tevesia urbana de la ruta nacional 11 de Villa Ocampo que contempla entre muchas intervenciones la rotonda de ingreso a la ciudad. Tambien contamos con el proyecto ejecutivo para la construcción del Centro Cultural Educativo (CCE), obra emblemática para nuestra ciudad y región que brindara importantes servicios Culturales y Educativos. Todo esto financiado por el Municipio de Villa Ocampo, además estamos proyectando obras complementarias sobre el camino a nuestro Puerto como lo es el Puente sobre el Pindo y otros aliviadores necesarios para asegurar la transitabilidad permanente.

Recuperar la dignidad de las personas excluidas socialmente fue otro de los objetivos principales e inmediatos. Tomamos la decisión de dejar de lado el asistencialismo indiscriminado, dando paso a la atención de las cuestiones urgentes y necesarias, abocándonos a gestionar con decisión pensiones, jubilaciones y programas que una parte numerosa de la comunidad ocampense tenía el derecho de acceder, pero por falta de gestión no accedían a esos beneficios sociales.

Fue nuestra decisión que la asistencia social debía ser para aquellos que objetivamente lo necesitaban y no podía ser una moneda de canje por favores electorales o de otro tipo; estamos seguros que esta practica será una política de Estado en las sucesivas gestiones, bajo el control y compromiso de todos los sectores del arco político.

Conformamos equipos de profesionales para afrontar los nuevos paradigmas en materia social. Minoridad, género, área de la mujer, adicciones, adultos mayores, discapacidad fueron problemáticas que no habían sido tenidas en cuenta en su real dimensión, por lo que consideramos que era imprescindible incorporarlas a la agenda municipal, brindando asistencia y contención con personal capacitado para ello, con la construcción de la infraestructura que respalde esas acciones.

Era una necesidad urgente ordenar la administración municipal, altamente ineficiente. Pusimos en caja las cuentas públicas, recuperamos la confianza en la institución municipal por parte de la comunidad, de los contribuyentes, los proveedores y los propios empleados que, es bueno recordar, cuando asumimos cobraban sus sueldos fuera de termino y en cuotas.

Recuperar el diálogo con las instituciones intermedias prácticamente cortadas con el municipio por su falta de gestión y de apertura hacia la comunidad fue una tarea que se realizó desde el primer día, entendiendo que el crecimiento y desarrollo urgente debía venir de la mano de una participación amplia y de gestiones permanentes, escuchando a quienes trabajaban diariamente con compromiso y dedicación dentro de la comunidad.

Era también importante ordenar el caos de tránsito que observábamos a diario, por lo que implementamos campañas de educación vial y comportamiento en la vía pública, capacitamos al personal asignado al área e incorporamos como una acción permanente mantener en buen estado la señalética urbana, invertimos en semaforización, elementos principales para lograr el respeto a las normas por parte de conductores y peatones.

Fuimos, somos y seremos defensores de la independencia de los poderes. Es por ello que una de las primeras decisiones tomadas fue la de dar autonomía al Honorable Concejo Municipal para que conformen, manejen y ejecuten su propio presupuesto, sin injerencia del Ejecutivo Municipal, ya que eso lo transformaba en un claro apéndice de las decisiones del mismo.

El crecimiento urbano, la mejora en la calidad de vida que impulsamos en la recuperación y crecimiento de la infraestructura y seguridad urbana nos exigió mejorar sustancialmente el deteriorado e insuficiente parque de maquinarias, herramientas y vehículos con el que recibimos hace cuatro períodos la gestión. La prestación de los servicios en tiempo y forma, el mantenimiento de las calles, caminos rurales, desagües y alcantarillas, el reemplazo e incremento del arbolado público, requerían más y mejores elementos. Hicimos el esfuerzo y hoy con enorme orgullo podemos decir que contamos con un parque automotor y de maquinarias en condiciones y acorde a lo que este municipio requiere para brindarle a los ocampenses los servicios públicos con eficiencia.

Nuevos desafíos se nos plantearon a partir de la quiebra de las principales industrias locales, como consecuencia de una política nacional de desatención de las economías regionales y principalmente por el agotamiento del modelo industrial, que si bien fue pilar del desarrollo Ocampense, estaba ya obsoleto y en decadencia ante la falta de visión empresarial moderna que apunte a la diversificacion y agregado de valor. Había que pensar y rediseñar el futuro productivo de la localidad y la región, y por ello se decidió convocar a todos los sectores de la comunidad para diagramar un Plan Estratégico que se transforme en una política de Estado y en una herramienta de desarrollo sustentable.

Es allí que de las diferentes asambleas realizadas surgió como conclusión que la producción debía orientarse a la diversificación sobre la base de la ganadería, el turismo, las energías renovables y la infraestructura como parámetros fundamentales en la reconversión de la matriz productiva.

Observamos que la potencialidad del aspecto turístico nos exigía trabajar en un desarrollo integral, debido a que el concepto que se manejaba anteriormente se circunscribía a mantener estacionalmente en condiciones una playa de veraneo en el río y nada más.

El turismo desde una nueva perspectiva nos planteaba planificar, relacionar con el medio ambiente, integrar a un sistema productivo con un fuerte rol del municipio interactuando decididamente con el sector privado en cuanto a la hotelería, servicios relacionados con la naturaleza y el esparcimiento, gastronomía, capacitación de los actores y prestadores turísticos y con organización de eventos que visibilicen nuestras potencialidades.

Recuperar y poner en valor el Sitio Ramsar Jaaukanigás, un producto que la naturaleza puso en nuestra geografía y que no era tenido en cuenta hasta ese momento por las localidades que lo integran, nos motivó a definir acciones que lo posicionen como un interesante destino turístico emergente. Medidas concretas y sostenidas en el tiempo por parte del municipio, instituciones intermedias y el sector privado transformaron a Villa Ocampo en el principal referente cultural y eco-turístico del Jaaukanigás.

En ese ámbito, consideramos necesario convocar a las comunidades cercanas en un proyecto de desarrollo turístico integrador, e incluso proyectarlo hacia un nuevo destino relacionado con la vecina orilla correntina.

Definimos el concepto de “eco turismo” como una marca distintiva de este plan que empezábamos a desarrollar y que luego lo complementamos con acciones referidas a la defensa del medio ambiente en el marco de la Agenda Climática Mundial 2030; construyendo, desarrollando y poniendo en marcha un Plan de Acción frente al Cambio Climático que involucra a toda la comunidad, especialmente a entidades educativas entendidas en un rol fundamental en el cambio de hábitos que como ciudadanos debemos asumir ante esta problemática.

Nada de lo realizado podría tener éxito si no lo relacionamos con lo educativo, cultural y recreativo. Con las universidades e institutos de educación superior más importantes de la región firmamos convenios marco de colaboración para proyectos de investigación, capacitación y estudio sobre diversas materias, teniendo como guía de orientación lo establecido como prioritario en el Plan Estratégico Productivo.

Entendimos que era fundamental revalorizar a nuestros artistas locales y nos abocamos a jerarquizar su actividad abriendo nuevos espacios y dando difusión de los productos culturales ocampenses para que sean conocidos y reconocidos más allá de las fronteras locales.

Como complemento importante de la formación integral de niños, jóvenes y adultos, nos propusimos contar con instalaciones deportivas propias del municipio y diversificar las disciplinas a practicar. Hoy contamos con la recuperación plena de un espacio emblemático para la comunidad ocampense, que no sólo cumple con sus principales objetivos deportivos, sino que también se transforma en un punto de encuentro para las más diversas actividades sociales y culturales, como lo es el Complejo Cultural, Social y Deportivo Arno.

En el 2007 nos planteábamos el desafío de cambiar la visión, el rumbo y las características de una ciudad que estaba marcada por la resignación y desesperanza de sus habitantes; apuntábamos a cambiar el ánimo de la comunidad, impregnándolo de actividad y dinamismo, sabiendo que allí había una fortaleza que estaba adormecida por años de desaciertos, inacción y mediocridad.

Con el compromiso y acompañamiento de todos los que anhelábamos un futuro distinto, hemos logrado transformar la desesperanza en optimismo, la resignación en una sana y productiva rebeldía, la nostalgia por lo perdido en esperanza por un destino alentador que nos permite avanzar hacia la transformación pretendida.

Nos quedan muchas cosas por hacer. Asumimos con orgullo todo lo logrado, y también la responsabilidad por lo que, por distintas circunstancias, no hemos podido alcanzar.

Reconocemos sí que lo logrado no lo hicimos solos. Siempre nos hemos sentido acompañados y respaldados por la comunidad toda. Es a esta comunidad, a los ciudadanos ocampenses, vecinos de esta bendita y querida ciudad de Villa Ocampo a quienes expresamos nuestro enorme y eterno agradecimiento.

Estamos convencidos de que juntos comenzamos a transitar un camino de transparencia, de gestión, de participación, de trabajo conjunto y solidario del que no debemos volver atrás. Estan consolidadas las bases para que nuestra ciudad mantenga el liderazgo en la región porque además de los proyectos mencionados anteriormente hay otros muy importantes a punto de concretarse, como la oficina de ANSES, juzgado de Familia, profesorado de Musica, Area de Servicios, Centro Comercial a Cielo Abierto, Eje Ecoturistico y productivo “Forestal-Jaaukanigas-Toropi-Ibera”, Parque de generación de energía Solar Fotovoltaica entre otros. Reitero mi agradecimiento y de todos los que me acompañaron hasta aquí, a todos y cada uno de ustedes y los insto a continuar en esta senda.

Hago entrega al Honorable Concejo Municipal del detalle de las acciones llevadas a cabo en el transcurso del año 2022 y de esta manera, dejo inaugurado el 48º período de Sesiones Ordinarias del Honorable Concejo Municipal de Villa Ocampo, correspondiente a este año 2023.

Muchas gracias.»

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