Este es el título de la solicitada publicada por Diócesis de Reconquista  firmada por el Obispo, sacerdotes, laicos y representantes de distintas instituciones de la comunidades religiosas en favor de las dos vidas.

“Si la vida no es custodiada, no hay futuro como país”.

Sin dignidad no hay patria. Mucho hemos escuchado en estos últimos meses acerca de la vida humana, su concepción, y las diversas etapas de su desarrollo hasta su término natural. Todos estamos de acuerdo en que la vida es el primero y la base de los demás derechos, ya que supone el reconocimiento de la dignidad inherente a todas y a cada una de las personas, independientemente de las circunstancias y limitaciones en las que se encuentre.

En el debate sobre la legalización del aborto, nadie puede quedar como mero espectador. La vida vulnerable, esta asediada, atacada por diversos factores de violencia y muerte y necesita ser urgentemente defendida y custodiada por todos los actores sociales y el Estado en primer lugar.

Erróneamente se ha querido contraponer el valor de una vida sobre la otra, como sí ambas fueran enemigas o una no pudiera existir junto a la otra. La falacia en este postulado es aquella que nos dice casi dogmáticamente, que elegir supone, elegir la propia vida sobre la del otro. La construcción de una patria más justa solo puede darse sobre el reconocimiento de la común dignidad de todos los ciudadanos, ya que ninguno puede ser considerado un desecho, ni mucho menos descartado, en aras de la obtención de una vida más confortable.

Sin presente no hay futuro. La vida necesita hoy en nuestra patria ser defendida y custodiada por todos. Si esto no es posible, no tenemos futuro como país. Para que seamos prósperos y pujantes, se necesita un presente en el que la vida de todos los ciudadanos, tengan las mínimas condiciones para desarrollarse con dignidad: la vida de los trabajadores, de los ancianos y enfermos, de los despojados y descartados, de las familias empobrecidas, de los campesinos y agricultores desplazados, de los criollos y pueblos originarios olvidados, de los comerciantes y profesionales mal pagos. Estamos llamados a reclamar por aquellos a los que seguimos buscando, por los inocentes que exigen justicia, como también por aquellos que no pueden clamar nada, porque aún no tienen voz para expresarse, los no nacidos.

SIN VIDA NO TENEMOS NADA. Los argentinos, anhelamos convertirnos en una república, cuyo sol sean los valores marcados por nuestros padres fundadores, y abierta a todos aquellos que quieran habitarla, amarla, y comprometerse con ella. Somos deudores del pasado, somos responsables de este presente y sembradores del futuro que nuestros hijos y nietos forjaran con sus decisiones, esfuerzos y sueños. Para que esto suceda debemos responder, a la sencilla pregunta: ¿cuál es el legado que queremos dejar a las futuras generaciones? ¿un legado de muerte o de vida? ¿Sobre qué roca queremos que se construya la Argentina del siglo XXI? Si lo hacemos sobre las arenas movedizas de intereses mezquinos y egoístas, estaremos construyendo nuestra propia destrucción. Si lo forjamos sobre la base de la vida y una cultura que sabe valorarla, estaremos poniendo los cimientos de un país sólido, fecundo y fraterno. Las circunstancias históricas nos han puesto como sociedad, frente a una de las mayores encrucijadas y una vez más nuestro destino depende solo y exclusivamente de nosotros. Los creyentes recordamos un pasaje de la escritura que nos dice: “ante ti esta la vida y la muerte (…), lo que tú elijas se te dará” (Eclo, 15,14-18). Cuando la vida es custodiada y promovida, ella se abre camino aún en las peores condiciones.

SOLICITAMOS a los Señores Senadores y gobernantes, que tienen que decidir tan trascendente asunto para nuestro futuro, que no cedan ante la falacia de elegir entre una vida y otra, entre un derecho y otro, entre una persona y otra. Las dos vidas son iguales, las dos merecen vivir, las dos deben ser custodiadas, porque TODA VIDA VALE.

FIRMANTES

Obispado de Reconquista, Mons. Dr. Ángel José Macín, Obispo Diocesano; Mons. Omar Abel Faccioli, Vicario General, Mons. Walter Guido Vénica, Vicario General, Mons. Gustavo Braidot, Vicario Episcopal para la Educación, Mons. Lic. Jorge Luís Duarte Paz, Vicario Judicial, Pbro. Adrián Fun, Canciller, Personal Curia diocesana, Sacerdotes Diócesis de Reconquista: Pbro. Rogelio Bosch, Pbro. Tomás Spanghero, Pbro. Germán Acevedo, Pbro. Bienvenido Yacuzzi, Pbro. Ariel Brollo, Pbro. Pbro. Sergio Vicentín, Pbro. Silvio Fabbro, Pbro. Nicolás Benítez, Pbro. Efrén Agretti, Pbro. Aldo Martini, Pbro. Dr. Rubén Taibo, Pbro. Javier Pividori, Pbro. Silvestre Zilli PSDP, Pbro. Marcial Grageda PSDP, Fray Juan Antonio Chávez Ramos OSM, Pbro. Aldo Alfonso Quelin Guinao OSM, Fray Bruno Predonzani Pitacco OSM, Fray Carlos Serpelloni OSM, Pbro. Lic. Fabián Ramos, Pbro. Miguel Zorzón, Pbro. Carlos Silvestre, Pbro. Lic. Rolando González, Pbro. Carlos Degiusti, Pbro. Luciano Molina, Pbro. Sebastián Splavinski, Pbro. Néstor Vera, Pbro. Juan Carlos Maistrelo, Pbro. Jorge Mohamed, Pbro. Nicolás Grenón, Diáconos Permanentes: Diac. Horacio González, Diac. Rene Sandoval, Diac. Xavier Spontón, Diac. Aldo Baís, Diac. Jorge Gallar, Acólitos: Rolando Quarin, Alcides Prez, Comisión diocesana de Pastoral Familiar, Abogados por la vida Santa Fe-Delegación Reconquista, Abogados por la vida Santa Fe-Delegación Vera, Organización “Unidad por la Vida” reconquista y Avellaneda, Liga de Madres de Familia-Reconquista, Comisión diocesana de Prevención de Adicciones, Comisión diocesana de Pastoral Social, Comisión diocesana de Justicia y Paz, Caritas Diócesis de Reconquista, Equipo diocesano de Pastoral Aborigen (EDIPA), Movimiento Rural Diocesano, Comisión diocesana de Pastoral Carcelaria, Asociación Civil “El Buen Samaritano” para la rehabilitación de adicciones, Tribunal Diocesano de Reconquista, Fundación Servicio Jurídico Solidario, Universidad Católica de Santa Fe, Sede Reconquista, Instituto de Teología y Pastoral de la diócesis de Reconquista, “Juan Pablo II”, Instituto diocesano para la formación del Diaconado Permanente, “San Jerónimo”, Junta diocesana de Educación Católica, Red de Colegios diocesanos “Ntra. Sra. de Itatí”, JIPI Nº 1437, “Inmaculada Concepción”-Romang; EPI Nº 1138 “Sma. Virgen Niña” – Florencia, EPI Nº 1056, “San Juan Bautista- Vera, EDESOPI 8134, “San Juan Bautista”- Vera, JIPI Nº 1339 “Santísima Virgen Niña”-Villa Ocampo, EPI Nº 1211 “San José Obrero”- Fortín Olmos”, EESOPI Nº 8114 “Sma. Virgen Niña”-Villa Ocampo, EEMPA 3034-Romang, JIPI Nº 1467 “Sma. Virgen Niña”- Las Toscas, EPI Nº 1124 “Santísima Virgen Niña”-Las Toscas, ISPI Nº 4026 “Sma. Virgen Niña”-Villa Ocampo, EPI Nº 1109 “Sma. Virgen Niña”- Villa Ocampo, EESOPI Nº 3130 “Sma. Virgen Niña”-Florencia, EESOPI Nº 8113 Reconquista, EPI Nº 1129 “Inmaculada Concepción”-Romang, EPI Nº 1456 “San Antonio de Padua-Paraje Km 109, EESOPI Nº 8101 “Inmaculada Concepción”-Romang, ISPI Nº 4027 “Inmaculada Concepción”, Junta diocesana de Catequesis, Movimiento diocesano de Cursillo de Cristiandad, Renovación Carismática Católica Diócesis de Reconquista, Movimiento juvenil de Mensaje, Escuela de Espiritualidad “Comunidad convivencia con Dios”, Movimiento Apostólico de Schoenstatt Reconquista, Comisión Diocesana de Pastoral de Juventud, Equipo diocesano “Compartir eclesial”, Equipo Diocesano de Misiones, Equipo diocesano para el Ecumenismo y el diálogo Interreligioso.

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