Oración Navideña
La Navidad implica ponerse en camino, recorrer los caminos que nos conducen al encuentro con el recién nacido en el pesebre: “No teman, les anuncio una gran alegría que lo será para todo el pueblo: Les ha nacido hoy en la ciudad de David un Salvador que es Cristo, el Señor, y esto les servirá de señal, encontrarán un niño envuelto en pañales recostado en un pesebre” (Lc. 2, 10-11). Esta es la señal que Dios nos sigue dando, un niño recostado en un pesebre.
“Un niño frágil, que nos hace fuertes,
un niño pobre, que nos hace ricos,
un niño esclavo, que nos hace libres”.
(Cardenal Pironio)
Un niño que nos hermana, un niño que nos trae la alegría, un niño que no nos abandona jamás. La alegría de la Navidad se proclama aún en medio de las dificultades más grandes de la vida, por eso “la Navidad nos invita a levantar la cabeza porque se acerca la salvación” (Lc. 21, 28). Sabemos que estamos pasando por tiempos difíciles para todos, especialmente para los más pobres, por eso somos invitados a contemplar todos los signos de esperanza.