Cada 26 de julio la Iglesia Católica celebra la fiesta de San Joaquín y Santa Ana, padres de la Santísima Virgen María y abuelos del Señor Jesús. La tradición nos ayuda de esta manera a recordar la importancia de la ‘familia grande’ (abuelos, tíos, primos).

San Joaquín y santa Ana

La responsabilidad de ser padres

Joaquín y Ana -santos patronos de los abuelos- fueron personas de profunda fe y confianza en las promesas de Dios. Ambos educaron a la Virgen María en la fe del pueblo de Israel, alimentando en Ella el amor hacia el Creador y contribuyendo de manera singular a que nuestra Madre estuviera lista para su singular vocación.

Es a través de sus padres como María se suma a esa porción del pueblo escogido que espera la llegada del Salvador de la humanidad, el Mesías.

El 26 de julio es un día en el que se pone en valor el rol que las personas mayores cumplen en la sociedad, cuestionando los estereotipos y prejuicios que se les suelen adjudicar, tales como el malhumor, la pérdida de habilidades y las limitaciones físicas.

En Argentina el 26 de julio no es la única fecha en la que se les rinde homenaje: el segundo domingo de noviembre es el Día de la Abuela y precisamente el tercer domingo de agosto, el del Abuelo.

A nivel mundial, el 1° de octubre se celebra el Día Internacional de las Personas de Edad. La fecha fue promovida por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) con el objetivo de concienciar contra la discriminación de los mayores.

El inmenso don de ser abuelos

El Papa Benedicto XVI, un día como hoy pero del año 2009, resaltaba a través de las figuras de San Joaquín y Santa Ana cuál era la importancia de los abuelos dentro de la familia, especialmente en el aspecto educativo. Decía que los abuelos “son depositarios y con frecuencia testimonio de los valores fundamentales de la vida”.

¡Feliz día de San Joaquín y Santa Ana!
¡Feliz día de los abuelos!

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