Desde el 2 al 4 de diciembre de 2022, el Equipo Nacional de Pastoral Aborigen (Endepa), que nuclea a Equipos Diocesanos en todo el país, nos reunimos después de haber retomado la presencialidad, en el marco del Encuentro de Coordinación Nacional en La Bolsa, Córdoba, para intercambiar sobre el
camino recorrido durante el año junto a los Pueblos Indígenas, con quienes compartimos la vida.
Desde la pluralidad de su existencia, presente en la Argentina, hemos constatado una vez más el persistente despojo y expulsión de los mismos de sus espacios vitales. Nuestra Casa Común sigue
siendo saqueada, devastada y vejada impunemente. Son numerosos los conflictos por los territorios, donde una vez más corroboramos que intereses poderosos, de empresas extractivas, de latifundios en manos extranjeras y locales, de emprendimientos urbanísticos, entre otros, son protegidos por los
gobiernos nacional y provinciales.
Al mismo tiempo, nos preocupa y denunciamos la violencia y dureza con que son reprimidos aquellos que defienden su derecho al territorio y a vivir según sus cosmovisiones, como así también quienes acompañan esas reivindicaciones. Nos alarma la falta de respuesta inmediata de las instituciones gubernamentales a los múltiples reclamos por velar por la seguridad física, especialmente de la Comunidad Yvy Porã Mir, en San Vicente, Misiones, lugar en donde agredieron hasta a los miembros
del Equipo Misiones de Pastoral Aborigen (EMiPA), quienes fueron golpeados, insultados y amenazados en sus vidas frente a la inacción institucional.
Muchos de los territorios y Comunidades Indígenas en el país se encuentran en áreas de conflictos, gran parte de ellos importantes, vinculados a tierras, megaminería, petróleo, litio, tala indiscriminada de bosques, agua, contaminación de los ríos, entre otros. Con dolor, seguimos constatando los altos
niveles de ignorancia, discriminación y racismo existentes en la sociedad en general, que reflejan una imagen muy negativa de los Pueblos Indígenas, mayormente expresados en los medios masivos de comunicación.
En cuanto al protocolo de consulta que se pretende aprobar en la Provincia del Neuquén, nos alarma la falta de adecuación a las realidades de las Comunidades, la limitación para reclamar por las
afectaciones que puedan sufrir ante proyectos dentro y fuera de sus territorios.
Nos preocupa y alama la conformación del Comando Unificado, que pretende garantizar una paz social en base al uso de la fuerza, la intimidación y afectación de los derechos de los Pueblos Indígenas.
Repudiamos el accionar y la detención de mujeres mapuches en Río Negro, entre ellas la Machi, que debe volver a su rewe (lugar sagrado). Nos duele saber la permanencia de infantes en lugares de detención y el nacimiento en cautiverio.
También observamos con inquietud el hecho de coartar y criminalizar la protesta mediante la reforma constitucional en Jujuy, muchas veces único camino de las Comunidades en el reclamo por el cumplimiento de sus derechos.
Hemos compartido la vida, desafíos, esperanzas y una vez más renovamos nuestro firme compromiso con la vida amenazada de los Pueblos Indígenas. Creemos necesario, en el contexto actual, redoblar los esfuerzos por hacer conocer su realidad ampliando la mirada y ensanchando el corazón, para que en esta Casa Común que habitamos haya lugar para todos, sintiendo la diversidad como riqueza y no como una amenaza.
Seguimos optando por continuar caminando junto a los Pueblos Indígenas, convencidos del valor de la reciprocidad y respeto mutuo como oportunidad de compartir y fortalecernos a partir de las esperanzas que los mismos Pueblos nos regalan, tales como su profunda espiritualidad, sus resistencias, sus luchas
en defensa del territorio y sus cosmovisiones. Creemos en la fuerza de la semilla que crece y se extiende
más allá.

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